En busca de la Alegría

Encontre “Finding joy in alzheimer” (encontrando la felicidad en el alzheimer) en una librería de segunda mano, y no podría estar más de acuerdo.. Es un libro con una visión muy característica de esta enfermedad. No trata de “quitarle hierro”, ni tampoco  pretende darnos más información sobre las terribles consecuencias de padecer Alzheimer.

Trata de la aceptación, de las dificultades que conlleva, la negación, el malestar y  la angustia que produce que un ser querido padezca esta enfermedad. De aceptar a nuestro ser querido con sus nuevas características. El alzheimer nos obliga a abandonar la expectiva de reencontrarnos con la persona que fue, para abrazar a la persona que es, en el presente.  Enseñándonos a dejar marchar y a amar de nuevo.

La negación puede hacernos sufrir más y no dejarnos disfrutar de buenos momentos juntos. Centrándonos en los fallos, los olvidos y los cambios de nuestro ser querido.La actitud que tengamos con la persona que padece Alzheimer influenciará como vemos a esa persona. Si estamos en estado de negación, y insistimos en que nuestro ser querido hable y se comporte como una persona sin la enfermedad, nos sentiremos ambos miserables en cada visita. Nuestro sufrimiento al ver que nuestro ser querido ya no es lo que era, hace sufrir a nuestro ser querido también.

El libro anima a disfrutar de su presente, tratando de proporcionarle momentos felices, momentos de bienestar, de conexión, de amor. A que aspiremos a poner una sonrisa en su cara, un guiño, una caricia o una mirada cómplice. Incluso una carcajada!

Como el resto de las personas, la felicidad se construye de pequeños momentos, no es un estado que se alcanza y ya. Tratemos de crear esos momentos, para ellos y para nosotros.
Este libro invita a conocer a nuestro “nuevo” ser querido y potenciar todo aquello que le pueda hacer disfrutar de la vida. Es todo un reto. No es fácil.

Es mejorar su calidad de vida a través de nuestro propio cambio. Cuidarnos a nosotros,  adecuar nuestras expectativas, aliviar nuestros sufrimiento, nuestra negación, y nuestra  pérdida. Pues nos despedimos de nuestro “antiguo ser querido”. Todo ello, para tratar de aceptar, entender y querer a  su nuevo yo y tratar de mejorar su calidad de vida.

Piensa en los beneficios, un cuidador dispuesto a este reto, abre la puerta a visitas agradables, donde se comparten buenos momentos, donde fluyen las muestras de cariño, donde hay una comunicación más eficaz y un cuidado de mayor calidad, pues tratando de ofrecerle buenos momentos estaremos mejorando su calidad de vida.

La nueva relación nace de la nueva situación del ser querido, es necesario aprender a relacionarse y comunicarse en esta nueva situación. Incluso en estados avanzados de la enfermedad, donde nuestro familiar pueda haber perdido la capacidad de hablar, incluso de comprender. Siempre hay maneras de hacerle notar, que estamos ahí, que le cuidamos y  que le queremos. Pueden recibir otros estímulos que también comunican. Sonidos agradables y voces familiares. También les gustará sentirse cuidados, amados y arropados. Es beneficioso que se les lea o se les hable de buenos momentos. Puede que no entiendan las palabras, pero nuestra voz y compañia puede resultar calmante y el contacto beneficioso y placentero.


En resumen, un mejor estado de ánimo del cuidador, puede cambiar notablemente el estado de ánimo de la persona que padece Alzheimer. Una nueva relación basada en el amor, la aceptación y en la búsqueda de buenos momentos solo puede mejorar su calidad de  vida y la nuestra

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